Importantes reconocimientos a nivel nacional y en el extranjero ha tenido por su trabajo el Vicedecano Académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas. El último de estos fue el premio Investigación Aplicada, entregado por la Dirección de Innovación UANDES.
En los últimos siete meses, el profesor Alberto Vergara Fernández, Vicedecano Académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencia Aplicadas, y Doctor en Ciencias de la Ingeniería, ha recibido importantes distinciones.
El primero fue en octubre del año pasado, a nivel nacional, cuando el Instituto de Ingenieros de Chile lo distinguió -junto a Patricio Moreno, Vicedecano de Alumnos de la misma Facultad- con el Premio “Ramón Salas Edwards”, un reconocimiento que busca promover y distinguir el aporte a la investigación e innovación del país.
Luego, en enero de 2019, fue nominado a los ENI Awards en la categoría “Tecnologías ambientales” por sus logros científicos relacionados al desarrollo de tecnologías para la eliminación de contaminantes gaseosos. El resultado, que debiera comunicarse en los próximos meses por la misma entidad organizadora, la Corporación Nacional de Hidrocarburos Italiana, es zanjado por un comité científico de altísimo nivel, integrado por personalidades reconocidas y pertenecientes a las más importantes universidades a nivel internacional -entre los cuales han participado más de 27 premios Nobel-, quienes analizan los antecedentes de los nominados.
Y finalmente, en mayo recién pasado, en el marco de la celebración del día de la Innovación, la Dirección de I+D+I de la UANDES le entregó a Alberto el premio “Investigación Aplicada”. Este reconocimiento, que por primera vez es adjudicado a un académico de Ingeniería, busca distinguir al investigador que no solo haya conseguido desarrollar un trabajo con un impacto económico significativo a la sociedad, sino también co-desarrollar una tecnología. Además, debe destacarse por haber mantenido una trayectoria establecida con la Dirección de Innovación UANDES, que el desarrollo tecnológico haya sorteado con éxito la prueba de concepto o también denominada proof of concept, y que tenga fondos adjudicados en I+D+i.
A estas distinciones también se puede sumar la adjudicación de dos proyectos Fondecyt, y la reciente invitación que recibió de la Universidad de Valladolid para formar parte, como asesor internacional, en el Centro de Excelencia de Alta Investigación de Desarrollo Sustentable.
“Uno no trabaja por el reconocimiento. La innovación para mí ha sido una consecuencia de la investigación. Pero lo que más satisfacción me da, es que me están considerando desde el extranjero para dar mi aporte y compartir mis conocimientos en la materia”, comenta el académico.
INVESTIGACIÓN CON IMPACTO
Alberto Vergara lleva más de 18 años trabajando en el desarrollo de biofiltros y el tratamiento de hidrocarburos en el aire, y ha sido el desarrollo de un biopurificador de aire para interiores, que desarrolla junto a integrantes del Green Technology Research Group de la UANDES y el Dr. Germán Aroca, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, su proyecto más visible en este tema. Y es que la mala calidad del aire presente en interiores y exteriores no es solo un problema que afecta a nuestro país, sino a nivel mundial, y que tiene importantes consecuencias para la salud de las personas y efectos económicos sobre la sociedad.
Recientemente, el profesor Vergara se adjudicó un nuevo Fondecyt por cuatro años que tiene como objetivo, profundizar más la ciencia básica de lo que están haciendo con el biopurificador, entender y mejorar el tratamiento de los hidrocarburos que se producen por la mala combustión de biomasa y desarrollar consorcios microbianos más eficientes, robustos y estables en el tiempo.
Actualmente este proyecto se encuentra en la etapa de escala piloto; etapa donde uno de los principales desafíos, según cuenta el académico, es lograr captar el apoyo de empresas que estén dispuestas a dedicar recursos a la investigación, especialmente cuando los retornos no son rápidos. El siguiente paso es postular al Fondef Tecnológico para realizar las pruebas a escala real, que ayuda a financiar este tipo de proyectos, para lo cual se necesitan al menos dos empresas interesadas.
“En general, ésta es una realidad más común en Chile que en otros países. Afuera, las empresas se acercan directamente a investigadores para desarrollar proyectos y buscar soluciones concretas. En cambio, a la empresa chilena en general le cuesta tomar la decisión de invertir si no ven ganancias en el corto plazo”, sostiene, haciendo énfasis en la necesidad de que exista mayor conciencia del impacto y aporte que tiene la innovación y el desarrollo tecnológico para el país.