Hace 57 años, el Instituto de Ingenieros de Chile entrega el Premio “Ramón Salas Edwards”, reconocimiento que se otorga de forma anual al mejor trabajo científico o tecnológico relacionado con la Ingeniería por su aporte a la innovación e investigación del país.
Este año, la comisión a cargo de esta distinción y luego de un largo proceso de selección, donde participaron diferentes Facultades de Ingeniería del país, eligió el proyecto Biopurificación de aire de interiores, desarrollado por académicos de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas y miembros del grupo G-Tech, liderado por los profesores Alberto Vergara, Patricio Moreno y Germán Aroca, este último, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
La tecnología consiste básicamente en el desarrollo de un sistema de filtración de aire que utiliza hongos filamentosos y bacterias para purificar de forma eficiente el aire al interior de casas y edificios, producido por gases contaminantes que son generados en su mayoría por el tráfico, la combustión de leña y la actividad industrial, entre otros, y que son de alta toxicidad para el ser humano.
Para el profesor Vergara, la distinción es un reconocimiento no solo “al impacto que tiene el tema para el país, sino también al esfuerzo de años de trabajo en esta línea de investigación”, afirma, estudios que también han dado como resultado dos proyectos Fondef-Conicyt.
Cabe destacar que el académico lleva más de 15 años trabajando en el desarrollo de tecnologías biológicas para la filtración de compuestos orgánicos volátiles (COVs), utilizando hongos para la eliminación de malos olores y demostrando la alta capacidad de degradación que tienen en comparación con las bacterias.
En Chile, comenta, existen serios problemas de calidad del aire. Actualmente, hay dieciséis Planes de Descontaminación Ambiental (PDA) vigentes, lo que muestra la vigencia del tema y la necesidad de desarrollar, adaptar y mejorar tecnologías que sean capaces de minimizar, así como eliminar los contaminantes presentes en el ambiente.
De acuerdo a múltiples estudios que han medido la calidad del aire en casas, oficinas, escuelas, centros comerciales y restaurantes, entre otros, se han registrado altos niveles de hidrocarburos, cuando la ventilación además no ha sido la adecuada o en algunas ocasiones no ha sido factible, y un alto recuento total de bacterias en las cuales se utiliza aire acondicionado, que pueden provocar varias enfermedades infecciosas y de respiración crónica, como el asma.
Actualmente, el biopurificador de aire se encuentra en pruebas a escala piloto en condiciones reales de operación, además de haber realizado la solicitud de una patente PCT en Europa.
La entrega formal del premio se realizará el 19 de octubre en el Instituto de Ingenieros de Chile.