Francisca Cruz, psicóloga de Apoyo Académico de la Universidad de los Andes, te entrega algunos tips para para llegar íntegros al 6 de enero y poder rendir la PSU de la forma esperada luego de meses de estudio intensivo.
Con planificación, constancia y motivación podrás aprovechar al máximo el tiempo que te queda para rendir la PSU y llegar a ese día con energía y preparado de la mejor manera.
¿Por qué la planificación?
Esta es la mejor manera para prevenir el estrés, el cual tiene una influencia muy importante en el rendimiento. Es por esto que es necesario mantenerlo a raya para centrarnos en lo importante y no paralizarnos por sus efectos. Si este se mantiene en un nivel adecuado, nos movilizará. En cambio, si dejamos que nos supere, nos bloqueará.
El estrés se combate con planificación, esto significa mantener un sistema de estudio organizado.
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Organizar los temas de estudio pendientes en etapas y distribuirlo en semanas y meses restantes de manera gráfica en un calendario.
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Plantearse pequeñas metas diarias y semanales, que sean realistas y alcanzables.
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El calendario debe incorporar no solamente el estudio, sino que darle tiempo al ejercicio, celebraciones y compromisos.
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El tiempo utilizado en planificar es una inversión que potenciará el desempeño.
¿Por qué la constancia?
- Porque luego de meses de estudio, las energías comienzan a agotarse, los nervios van en aumento, y el no obtener los resultados esperados nos desanima fácilmente.
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Es común que a veces los resultados fluctúen, y puede suceder que obtengas un mal puntaje en un ensayo luego de haber obtenido una seguidilla de buenos puntajes. Pero esto no puede ser motivo para rendirse o desanimarse.
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Seguir practicando, seguir ensayando y sobre todo no perder el ritmo de estudio.
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Intenta seguir ciclos de estudio de 45’15’. Los 45 minutos deben ser de calidad, es decir habiendo cubierto necesidades que pudieran surgir a lo largo del estudio, y en especial mantener tu celular en modo avión para no tener distracciones. En tus 15 minutos de descanso intenta cambiar de ambiente, moverte, comer y tomar algo. Con los ciclos de estudio aprovecharás los peaks de concentración y recuperarás energías para el siguiente ciclo.
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Intenta ingerir comidas saludables y livianas que te permitan seguir estudiando mientras tu cuerpo se preocupa de hacer la digestión. Comidas pesadas harán que la prioridad de tu organismo sea digerir y sentirás cansancio y sueño para estudiar.
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Procura regularidad en tus horas de sueño. Preocúpate de dormir entre 7 y 8 horas y no te quedes estudiando hasta tarde pues la prueba no es de noche. Es mejor habituarse al estudio durante la mañana y así te será más fácil rendir el día de la prueba.
¿Por qué la motivación? La motivación es un móvil para la acción. Esta no siempre es innata o intrínseca y, en esos casos, debemos ser creativos y buscar pequeñas recompensas que nos movilicen a seguir estudiando.
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Pensar un sistema de premios que nos comprometa a seguir. Por ejemplo, tres metas pequeñas cumplidas nos dan derecho a acceder a un tipo de premio, y tres metas grandes cumplidas nos dan derecho a acceder a otro tipo de recompensa.
La importancia del apoyo académico en la universidad
Un pilar fundamental del Modelo Educativo de la Universidad de los Andes es la atención personalizada que reciben los alumnos, lo que les permite enfrentar de buena manera los desafíos de los comienzos de la etapa universitaria. La Dirección de Apoyo Académico busca promover y asegurar que dicho objetivo se alcance, a través de programas dirigidos a ayudar y acompañar a los alumnos en su vida universitaria, facilita su proceso de aprendizaje, su progresión académica y egreso oportuno.
“En la Universidad de los Andes ningún alumno se puede sentir solo. Todos tienen la posibilidad de acceder a los apoyos académicos que requieran”, explica Jane Gibson, directora de Apoyo Académico, unidad que cuenta con ocho programas personalizados, voluntarios y gratuitos, entre los que destacan:
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Asesoramiento universitario: Consiste en el acompañamiento personalizado que brinda un profesor, o un estudiante mayor, a los alumnos de los primeros años en su proceso de formación universitaria.
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Centro de escritura: a través de tutorías, impulsa el desarrollo de habilidades de lectura y de escritura a partir del contexto académico, permitiendo a los estudiantes adecuar su escritura a diversos géneros académicos (ensayo, artículo, tesis, etc.), además de mejorar su redacción, ortografía y técnicas de citación.
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Instructores pares: Modelo basado en la enseñanza entre alumnos, orientado a apoyarlos en las asignaturas críticas de las diversas carreras.
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Atención Psicoeducativa: favorece el proceso de aprendizaje de los alumnos a través de sesiones personalizadas en las que aprenden estrategias para mejorar sus procesos cognitivos y su rendimiento académico.
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Inclusión: A cargo de una terapeuta educacional, desarrolla estrategias destinadas a promover la inclusión de alumnos con necesidades educativas especiales, como consecuencia de alguna condición motora o sensorial.
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Programa de reforzamiento: Talleres de verano orientados a apoyar a los estudiantes que lo requieran, en las asignaturas con alto índice de reprobación.
“Tener un profesor que está constantemente cerca de ti apoyándote, dándote confianza, es algo que se valora mucho”, asegura Paula Forno, alumna de primer año de Ingeniería Civil. La alumna también destaca cómo el asesoramiento universitario la ayudó desde el primer momento a sentirse cómoda en el campus, a organizar mejor los tiempos, le dio aliento en los momentos difíciles y la instó a tener confianza en sus propias capacidades.