Los prototipos debían cumplir con cuatro pruebas: diseño y funcionamiento, velocidad en el agua, pista de obstáculos con tierra y piedras, y por último, fuerza.
Deslizarse a toda velocidad por el agua de la pileta del edificio Central fue una de las pruebas que debieron sortear los aerodeslizadores desarrollados por alumnos de primer año de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas y del Bachillerato en Ingeniería.
Los prototipos se construyeron como parte del Taller de Proyectos de Ingeniería que dictan los profesores Matías Recabarren, Andrés Howard, Magdalena Salinas y Gonzalo Fernández; los tres últimos, alumni de esta Facultad.
La “Competencia Novatos de Ingeniería” es la prueba final de un proyecto que los alumnos de este curso deben desarrollar durante todo el primer semestre. Es un trabajo guiado que realizan en grupos de seis personas, con cinco entregas, y que culmina con un torneo donde se pone a aprueba el funcionamiento del aparato.
Esta es la segunda versión que se realiza de esta competencia. El año pasado, los estudiantes debieron crear un robot, tipo “droide” BB-8 de las Guerra de las Galaxias, y este 2019 el desafío fue construir un aerodeslizador.
“El objetivo es que los alumnos vivan el proceso de desarrollo de un trabajo de ingeniería, en particular, lo que son sus fases de análisis y diseño. A su vez, se busca mostrarles a los estudiantes sus capacidades para desarrollar tecnología y animarlos a desafiarse durante la carrera e involucrarse en grandes retos”, comenta Matías Recabarren.
En esta segunda versión, la competencia tenía cuatro pruebas: diseño y funcionamiento; velocidad en el agua; pista de obstáculos con tierra y piedras; y por último, una prueba de fuerza, donde el ganador debía enfrentarse al aerodeslizador desarrollado por los ayudantes de este curso.
“Nuestra expectativa era que los estudiantes se involucraran en el proyecto, vivieran la construcción de un desarrollo tecnológico y se entusiasmaran con ello y, en ese sentido, el propósito se cumplió”, asegura el profesor Recabarren. “A muchos se le quemaron motores a última hora o les fallaron las baterías, pero se la jugaron por llegar al final. Así pudimos ver a varios alumnos meterse en la pileta para apoyar a su aerodeslizador mientras avanzaba. Ver toda esa energía de los alumnos en estos proyectos es muy reconfortante”, agrega.
En total, participaron 43 de grupos, y de estos, el proyecto del equipo conformado por los alumnos José Ignacio Fernández, Victoria Guerrero, Lucas Molina, Diego Rodríguez, Piero Vergara y Lucas Zamora, se destacó por su diseño y por tener muy buen control de dirección y velocidad, adjudicándose el título al Mejor Aerodeslizador UANDES 2019.